Así que me hice una mascarilla de avena. La receta es super sencilla y las propiedades de sus ingredientes son interminables. Os comparto la receta y después os las cuento:

Necesitamos:
- Granos de avena ( enteros o partidos, o incluso harina de avena)
- Miel
- Limón
- Agua o leche de avena
1º Calentamos un tercio de taza de agua o leche en un cazo a fuego medio y añadimos una cucharadita de miel y el juego de medio limón.
2º Añadimos dos cucharadas de avena y removemos bien. Dejamos cocer unos minutos a fuego bajo.
3º Apagamos el fuego, tapamos la mezcla y la dejamos macerar
4º Cuando esté tibia, no fría, aplicamos en la piel limpia y dejamos actuar el tiempo que queramos, no menos de 10 minutos.
5º Retiramos con agua fría.
Vais a notar automáticamente su acción en la piel. La pasta que resulta es suave y untuosa, invita a masajear suavemente el rostro. Si además quereis que sea exfoliante podeis añadir otra cucharadita de granos de avena molidos una vez fría la mezcla, y podeis aplicarla con un suave masaje. Podemos utilizar esta mascarilla una o dos veces por semana para beneficiarnos de sus propiedades.
La avena es uno de los cereales más completos. Tiene la capacidad de limpiar y suavizar la piel absorbiendo la suciedad de los poros. También la repara, nutre e hidrata aportando minerales fibras y vitaminas.
Además tiene un efecto calmante inmediato, ideal para casos de dermatitis, eccemas, irritación...
La miel es sanadora, reparadora y antibacteriana. Siempre que tengo una herida me la trato con miel y es increíble como se recupera la piel en poco tiempo. Sus enzimas y vitaminas nutren y desintoxican la piel. La dan vida literalmente.
El limón protege la piel y la desinfecta, además de ser un reparador y antioxidante natural. Además es un excelente regulador natural de la grasa y eliminador de manchas leves.
Probadla y juzgad. Os hareis adictos a ella. Fácil y buena.
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